diumenge, 24 de juny del 2007

Caladas Taciturnas





Te tengo tan cerca y te siento tan lejos
¿pero qué digo?, eres testigo de mi amarga existencia
y tengo la cabeza en otra parte
aunque te tenga cerca y te sienta lejos.

El problema es que te tengo lejos y te siento cerca
eso es lo que me acecha, noche tras día
día tras noche, y cuando voy en coche
y oigo tus canciones, me pongo terca.

Terca de celos, quizás de angustia;
me pongo mustia, como la hierba en invierno
no existo, y a falta de hierba no vuelo
y sigo sin tenerte a mi vera.

En la vera del río me pongo a cantar
como gitana, sin sartén ni palangana
sucia como los marcos de la ventana
ennegrecidos de tanto fumar.

Y si de pulmones va el asunto
los tengo bastante jodidos, de pensarte en el humo
de inhalar, otro tras uno
los cigarrillos que me evaden del mundo.

¿Y qué más da? A fin de cuentas
tú eres mi mundo, la ceguera esclarecedora
de todos mis males, que, hasta ahora
no son más que caballos sin riendas.

Con el alma en las suelas de mis zapatos
camino a la deriva;
la frente alta, la carne marchita
y este verso, en tus manos.